El pato

pato

Emocionado vio el pato, como la montaña le contestaba al gallo su saludo.
Envalentonado, se acercó al precipicio e inflando su pecho, graznó.
—Cuac, cuac —tímido espero paciente la respuesta.
—¡Cuac, cuac! —insistió con más bravura.
El silencio aplastó su ánimo y se retiró sin saber, que dentro del reino animal, su canto es el único que no produce eco.

 

He de admitir que me dio curiosidad todo este asunto del no eco y el pato. Así que después de escribir este pequeño relato, me di a la tarea de verificar si en realidad el graznido del pato no produce eco.
Hay mucha información al respecto. Trevor Cox, hizo una pruebas en una cámara de reverberación y tal como afirma Quo,  éste mito es falso.

José Torma

Leave a comment