El mentiroso

“Es aburrida, Manuel, disculpa lo brusco, pero tu vida no tiene nada excepcional, e intentar novelizarla será un fracaso”.

Las palabras del editor retumban en su cabeza mientras camina por la calle desierta. Se detiene en un bote de basura, dispuesto a deshacerse del manuscrito, su autobiografía. Ochocientos folios que no valen el papel en el que están impresos. Algo llama su atención, Es un antifaz de carnaval, con pedrería brillosa y plumas anaranjadas. Atado en la otra punta esta un boleto para el cine. Revisa la hora y ve que la función está por comenzar.

 

 

“Mendax”

Reza la cartelera. Saca su viejo diccionario de latín y sonríe al ver la traducción, ¿qué es el cine sino una mentira bien contada?

Imágenes llenan la pantalla mientras él intenta acomodarse. La risa de la mujer cargando un bebe lo sorprende. Incrédulo voltea a la pantalla y no da crédito a sus ojos. Tiene una vaga memoria, no tiene duda, la mujer en la pantalla es su madre.

“Duérmase mi niño, duérmase me ya, porque viene el coco y se lo comerá”

La canción de cuna que le cantaba, la ve pasear de un lado a otro meciendo a un pequeño travieso que no quiere cooperar. La cámara hace un acercamiento a su rostro y pasa a negro. Cuando regresa la imagen, la escena ha cambiado. Viste un traje negro que le queda chico. Su padre lo amonesta y con un pañuelo le seca una lágrima en la mejilla. Con paso inseguro se acerca al ataúd y deposita una rosa roja, después, sin poder contenerse, sale corriendo ante la mirada iracunda de su familia. Recuerda ese día, el dolor que amenazaba con romper su pecho, las palabras de consuelo de la gente que sonaban vacías a sus oídos. Está seguro que ese día maduró, atrás quedaron los juegos infantiles y la conducta desenfadada. Las tardes felices, mientras él hacia la tarea y su madre leía novelas rosas.

“¿Qué está pasando?”

De una en una, en la pantalla desfilan escenas de su vida, las revive como si hubieran sido ayer. Yolanda, su primera novia. Estaba seguro que se iba a derretir de los nervios, cuando la invitó al parque y ahí, torpemente intento besarla. Recuerda el sonido de su risa “así no tonto, me tienes que pedir que sea tu novia primero”.

La escena cambia y regresa con Valentín, su peor enemigo, caminaba por el pasillo de la escuela cuando el infeliz le pone el pie y va a parar al suelo. Solo el último de una serie de insultos. Se ve escondido detrás de un árbol, con la vara en la mano esperando que pase. Recuerda su cara de temor al verlo tan decidido.

“Esto se acaba aquí imbécil”

Fue su primera pelea, más tarde su padre lo reprende por llevar la camisa ensangrentada, pero ha valido la pena. No le molestará más.

Una luz ilumina la pantalla y se ve más grande acomodándose la rosa en la solapa. Julián, su mejor amigo, le arregla el cuello y le endereza la corbata.

“Tú y Yolanda, finalmente van a hacerlo”.

“Soy muy feliz”.

Sube al altar. Las notas de la marcha nupcial suenan mientras la pantalla cambia y está en un hospital, las manos le tiemblan. Sabe que es inútil, pero pregunta a la enfermera si hay novedades. Por fin se abre la puerta y sale el doctor a darle la maravillosa noticia, ¡es padre!

Con delicadeza toma al bebe y le deposita un beso en la frente.

“Soy tu papa, encantado de conocerte”.

Un fuerte estruendo sale de las bocinas y cubre sus oídos tratando de mitigarlo. La pantalla es blanca, luego se va cerrando el foco y empieza a distinguir colores, autos y gente corriendo, trata de acercarse pero no puede. Sus ropas han cambiado de color y siente un fuerte dolor en el pecho. La multitud se mueve para dar paso a la ambulancia, los paramédicos bajan y empiezan a atender al herido. Con paso lento se aproxima y siente perder la razón. Su cuerpo inerte yace golpeado en el piso. Una gran mancha de sangre cubre su pecho, en ese instante recuerda todo, el antifaz, el auto, el dolor.

Sin importarle nada suelta una carcajada y no se sorprende que nadie lo escuche. Su editor tiene razón, es un mentiroso. La magnitud del cliché lo golpea y ríe aún más fuerte. Al final si es verdad que cuando mueres, toda tu vida pasa delante de tus ojos.

Por fin regreso al taller de Literautas, después de dos meses intensos donde la vida no me permitía ni leer, menos escribir. La idea de este relato (Nombre obligatorio “El mentiroso” y reto adicional, que salga un antifaz, un boleto de cine y un diccionario de latín) es la versión corta de una idea que tuve, inspirada por aquel lápiz mágico que nos regaló el taller hace unas cuantas escenas y una canción de Diego Verdaguer que se llama “¿Usted qué haría?”. Si escribieras la historia de tu vida, ¿cambiarias algo?

Agradezco como siempre su visita, ojalá les guste tanto como a mí me gustó escribirlo.

José

 

p.d. La propiedad de las fotos y el video no son míos, son producto de búsquedas en Google.

One thought on “El mentiroso

  1. Pues para llevar dos meses sin escribir, te ha quedado genial. Has cumplido con el reto de Literautas de maravilla. Te felicito por tu historia, José. Es un relato que has hilvanado muy bien, que se lee con facilidad, y que no te ha quedado nada aburrido (diga lo que diga el editor).
    Un saludo.

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