Hip… hop… hip… hop.
¡Detente, levanta la cabeza, brinca!
Excelente vuelta.
Camina, salta, gira.
Uno, dos, uno, dos.
Detente.
Ahora… ¡Ladra!
Triste es el ayer, el hoy y el mañana del juguete de aparador; hasta que la pila o el olvido terminen con su existencia.
Soy uno de tus comentaristas anónimos y, tal como dije, me encantó tu relato. Es muy breve pero cuentas toda una historia completa, con sorpresa final.
Si te apetece comentar mi micro-relato (u otros relatos que escribo), lo he publicado en mi blog https://carlosrosae.wordpress.com/2015/06/28/tesoro-de-infancia/
Saludos!
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Muy entrañable. Al final le estais cogiendo gusto a eso de los microrrelatos
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