Red world

Hola querido lector.

Hace poco me enteré de una página que se llama http://www.Sttorybox.com. Ahí te dan la oportunidad de escribir y mostrar tus historias a la comunidad que está registrada y comparte el gusto por escribir.

Funciona de la siguiente manera, te asignan una casilla donde puedes poner el inicio de tu historia. Luego, esta entra a votación. Mientras más gente te lea y te ponga “me gusta”, mayores serán tus posibilidades de lograr la segunda casilla. Cada x número de días, se van eliminando las historias menos votadas.

Yo decidí experimentar y llene mi primera casilla. Obtuve como 5 votos, que me garantizaron tener una segunda. Allí quise tomármelo más en serio y tratar de describir un mundo bizarro y lleno de elementos gore. De alguna manera funcionó, porque tuve unos cuantos votos más y logre salvar la segunda eliminación.

En la tercera casilla me tire a matar, traté de escribir un relato que fuera digno del más perfeccionista espíritu Kafkiano. Pero fracasé estrepitosamente ja ja, definitivamente, ¡No soy Frank Kafka!

Requiero un milagro en la forma de unos 30 me gusta para no ser eliminado, pero ya la veo difícil. Así que por eso la presento aquí en su totalidad.

Al final del día es algo que salió de mi cerebro y por lo tanto la estoy poniendo a su consideración, bajo la clasificación de

“Locura”.

Sobre aviso no hay engaño .

De México para el mundo…

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Tano odiaba caer, no era la vergüenza de que lo vieran, ni siquiera el esfuerzo que le costaba reponerse. No, lo que verdaderamente le molestaba era tropezar con la misma caja. Una y otra vez, siempre en lunes o miércoles. Tenía la imagen grabada en su cerebro para evitar el tropiezo, pero era inútil.

La caja en si no tenía ninguna característica que la hiciera sobresalir. Roja, forrada de terciopelo, no mayor que una caja común de anillo de compromiso. En algún tiempo la tomo para revisarla, mas no fue capaz de abrirla. El tacto suave contrastaba con el magnetismo que se percibía que hacía que sus vellos se erizaran. No era una caja normal y decidió dejarla. Hasta ahora que vuelve a tropezar con ella. Con cuidado la toma en sus manos y ahí en el piso, intenta abrirla.

Se abre.

*****

Las luces empezaron a parpadear. Sintió un pequeño temblor en el suelo a la vez que todo se empezaba a difuminar a su alrededor. Las paredes antes cubiertas de cristales que mostraban maniquíes luciendo la ropa de temporada fueron substituidas por paredes solidas de un color rojo sangre, mismo que parecía manar del techo. Se frotó los ojos tratando infructuosamente de aclarar su visión. Con temor desvió la mirada hacia la tienda donde segundos antes, Lucía se probaba un vestido morado…. «¿¡Qué carajo te acuerdas de ese detalle ahora!?». El piso, que solo instantes antes brillaba reflejando la luz de las lámparas fluorescentes, se cubría de color carmesí. Regresó su atención a la caja, solo para descubrir que ya no estaba ahí. Con paso vacilante avanzo hacia una puerta negra que se materializó a su derecha, justo en la salida del centro comercial. Un olor putrefacto atacó su olfato llevándolo a tapar su nariz con la mano. La sensación pegajosa lo hizo reconsiderar, contempló horrorizado que su mano sudaba sangre, intentó gritar pero solo borbotones de sangre salían de su boca. Cerró los ojos tratando de despertar, «seguro es un sueño, una pesadilla», se decía sin mucha convicción.

Su pie chocó contra una superficie sólida, mientras una carcajada perforaba sus tímpanos. Abrió los ojos, había chocado con el vidrio de la tienda de electrónicos. La risa persistía.

—¿Estás bien? —preguntó Lucia con cara de preocupación mientras Mariana reía a carcajadas.

*****

De camino a casa aún luchaba contra la sensación de mareo.

—¿Qué había pasado?

Se pasó la mano por la cara y la retiró de inmediato. ¡Sangre! Saliendo a raudales de sus manos. Se las limpió en la parte trasera de su pantalón.

Lucia corrió a alcanzarlo.

—¿Qué sucedió, estás bien?

Cerró los ojos un momento, tratando de aligerar su cerebro.

—¿Qué pasa Cayetano? Estás pálido.

Algo en su tono le hizo desconfiar, nunca lo llamaba por su nombre completo

La sensación térmica subió un par de grados y empezó a sentir calor. Con los ojos aún cerrados, intentó separarse de Lucia, de correr. Unas gotas de sudor empezaron a rodar desde su frente y sin ser siquiera consiente, las limpió con el dorso de su mano.

En su mente resonaba el grito de Mariana.

—¡Abre los ojos!

Más que una petición parecía una orden.

—Estoy bien, déjame solo un momento por favor.

Un pesado silencio se cernió a su entorno. Le costaba trabajo respirar, pero al menos ya no escuchaba la risa estridente, que le reventaba los tímpanos.

Con temor abrió los ojos. La calle estaba desierta y la ausencia de sonido era más fuerte que la turbina de un avión.
Con paso inseguro bajó de la banqueta. El perro de los López debería estar ladrando en este momento. Los gemelos Martínez aterrorizando transeúntes con sus patinetas brillaban por su ausencia.

Levantó la vista al cielo y con horror vio que una sombra roja iba cubriendo al sol, mientras toda su percepción se iba cubriendo de color rojo.

—¡No, no otra vez! —gritó mientras corría hacia su casa.

La sombra roja lo seguía. Lenta e inexorable se comía el pavimento hasta casi alcanzarlo. Unos centímetros antes se detuvo. Un rayo de luz brillante salió del suelo deslumbrándolo momentáneamente. Un gran estruendo y luego el pesado silencio otra vez.

Sin medir consecuencias, se acercó, solo para percatarse de que la luz provenía de la caja, siempre la maldita caja. La tomó entre sus manos y espero.

Pronto las paredes de las casas empezaron a cubrirse de un líquido viscoso que inundaba los jardines y desbordaba hacia la calle. Brutus, el perro salió a su encuentro, babeaba sangre y su pelambre estaba emplastado. Los niños lo rodeaban con sus patinetas, esqueletos cubiertos de harapos, y el hedor. ¡Dios la peste!

Poco a poco se fueron materializando ante sus ojos diversas criaturas, humanoides algunas, bizarras todas. Del cielo seguía cayendo una llovizna de sangre que lo empapaba todo.

Al final de la calle, sentado en una especie de trono, estaba un ser con una gran cornamenta y una capa roja que con la mano le invitaba a acercarse.

—¿Eres el diablo? —preguntó.

El ser soltó una sonora carcajada mientras extendía su mano para tocarlo.

Se retira mientras su cuerpo se difumina y cae, luego empieza a temblar. Los colores de las paredes y todo a su alrededor se alternan entre los vividos colores primaverales y el tono rojo oscuro.

—¡Es sangre! —piensa mientras intenta levantarse, pero es incorpóreo, no tiene substancia. La caja permanece en el suelo y de ella irradian luces multicolores. A su alrededor, la oscuridad es casi total. Sangre vuelve a manar de las paredes, arboles, autos y a su vez, empieza a escuchar unos gritos que antes imperceptibles, empiezan a tomar resonancia.

Su cuerpo no está pero su conciencia grita.

—Tu alma por el amor de Lucia, ése fue el trato —escuchó a la voz decir.

—Pero… ¿Dónde está ella? Si vendí mi alma por su amor ¿Por qué no puedo verla?

La risa perforó sus tímpanos mientras su mente recordaba cruzar la calle corriendo, el grito de Mariana que se detuviera y aun así, sin fijarse atravesar la calle justo en el momento que un auto deportivo rojo lo arrolla.

—Ella te ama, y te llorará mucho tiempo, pero el trato no fue de que vivieran felices.

Su cuerpo entonces fue consumido por las llamas rojas y un grito de arrepentimiento se ahogo en su garganta.

5 thoughts on “Red world

  1. Creo que es algo interesante, pero desafortunadamente esta bloqueado en este lugar.
    lo revisare mas tarde ya en casa, pero creo que aun puedes llegar a la cantidad necesaria(o eso espero)

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  2. Leí sobre Sttorybox hace una semana, más o menos, pero el funcionamiento no me convenció. La popularidad de una historia puede no ser directamente proporcional a su calidad, y así, no quise engancharme con historias que puedieran quedar inconclusas, ni ver que mis propios cuentos se quedaran por la mitad. Me quedo con Falsaria, que tampoco me fascina, pero hay gente que escribe muy bien (relatos completos ;))

    En cuanto al cuento, está interesante (me gustó mucho el final). Sólo te marcaría que le prestes atención al uso de los tiempos, porque saltás de uno a otro sin un criterio evidente. Además, y esto es una percepción subjetiva, me parece que las descripciones son un poco aceleradas, se puede mantener el suspenso yendo un poquito más lentamente.

    Fuera de eso, me gustó toda esa sangre chorreante XD

    Nos leemos en el taller!

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  3. Pues a mi me gusta. Ahora lo veo todo rojo, jajaja.

    Como Denise también leí sobre Sttorybox (tengo pendiente entrar en la página e investigar un poco), por otro lado también publico en Falsaria y depende de lo que busques puede sacar provecho de ello o no. Un abrazo.

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  4. ¡Hola José!
    Yo también me hice una cuenta en Sttorybox hace un mes más o menos. Empecé participando en un concurso (que no sé si ya ha terminado, vete a saber) y me desencantó un poco la dinámica de la página.
    Y no es por que tenga dos votos pelaos (que vale un poco sí 😛 ) es que cada persona que te vota lo hace pidiéndote que le votes tu a cambio. Y no me gusta. A ver, yo les voto igual, pero no creo que sea una manera ética de funcionar.
    Obviamente yo te he votado por que me ha gustado mucho la historia pero, tranquilo, no hace falta que me devuelvas los votos 😉 , no creo que me pase mucho por la página (a no ser que necesites mi ayuda)

    Por cierto Denise y Wolfdux me apunto lo de Falsaria yo también!!!

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