Adriana y Genaro

battered woman

Una vez más, Adriana golpea la puerta al salir. Una vez más llora en el rellano sin poder entender el por qué le pasa lo que le pasa. Genaro tiene razón, es una estúpida, el mundo estaría mejor sin ella…

Pero ella espera, agarra valor al recordar a sus hijos, por ellos aguanta todo lo que aguanta. Por ellos no mata el infeliz de su marido.

Sigue ahí, donde la dejo la vez pasada. Sin importarle un bledo lo que piensen los vecinos, saca la botella de la maceta. ¡Tequila!

 

Pasan los minutos y su humor mejora; está oscureciendo y se prende la luz del porche. Escucha crujir la puerta y sabe lo que sigue:

Perdóname mi amor…

Fue un día pesado en el trabajo…

Tu sabes que te amo, solo que me desesperas…

En realidad es tu culpa, pero yo te perdono…

Ven chatita, vamos al cuarto…

Le toma de la mano y con delicadeza le ayuda a levantarse, pero Adriana no está dispuesta.

No ésta vez.

Ésta vez ella tomará el mando, ésta vez ella no será quien termine llorando, ésta vez…

Emite un grito de dolor al sentir el violento tirón en su brazo, la toma por sorpresa y tira la botella que se quiebra al contacto con el piso.

¿Eres tonta o que te pasa?…

¿De dónde sacaste la botella?…

No será la que me dio el señor Suarez la semana pasada ¿verdad?…

Pero Adriana no escucha; está harta, está sola y está cansada. Toma el cuello de la botella que sobresale intacto entre los vidrios y sin darle tiempo a Genaro de reaccionar, se lo clava en el cuello. Gerardo retrocede, su mano suelta a Adriana y va a cubrirse el cuello donde la sangre mana abundante de la herida. La sorpresa e incredulidad reflejada en sus ojos.

Adriana lo mira pero no siente nada, esta vacía, pero nunca más se sentirá indefensa, jamás volverá a tener miedo, la tormenta ha terminado.

Ahora serán ella y sus hijos contra el mundo.

*********

Odio hacer esto, pero creo que es necesario. En este relato intenté hacer una combinación entre dos tipos de narrador, el omnisciente y el equisciente. Para mi es terreno nuevo y tal vez tenga demasiados errores, pero se los presento igual.

También les platico que aunque este relato no logró convencer a la revista argonautas, lo seguiré intentando. El tema era de Tormentas, yo me quise alejar de lo obvio y traté de reflejar una relación tormentosa.

Saludos y gracias por leerme.

José Torma

2 thoughts on “Adriana y Genaro

  1. Hola,

    tras leer tu “nota” aclaratoria he vuelto a releer el relato y no soy capaz de de encontrar las diferencias entre los narradores. (mal por mí) Pero lo que realmente me confunde es la ausencia de rayas en los diálogos. Me ha descolocado un poco al leerlo.

    Pero tengo que felicitarte por no mantenerte en tu área de confort y tratar de explorar terrenos desconocidos para ti, tendré que aplicarme el cuento y volver a mis antiguos experimentos, jejeje.

    Referente a lo de la revista, estuve un par de días comiéndome el coco para sacar un relato para enviarlo a Argonautas yo también, pero al final no fui capaz… Creo que quizás no fue de su agrado no por la calidad del relato, que hay que pulir algunas cosillas de todas formas, sino por la temática, que como bien dices, te sales de lo habitual.

    Un abrazo y nos leemos.

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